Permiso.
Hoy me levanté
cuando el despertador sonó
pero me volví a dormir,
tan profundamente,
que cuando me levanté
¡ya eran la nueve y diez!
Sobresaltado me desperté
y como bólido corrí pero
a mi trabajo tarde llegué.
Y nunca tarde a mi trabajo llego.
Ahora mi chamba perderé.
¿Qué puedo hacer
si yo nunca me permití
llegar tarde a ningún lugar?
Ahora tendré que mentir.
Decir que el tráfico era un horror,
que el carro no arrancó.
Pero pronto me arrepentí
y nada dije ya,
con tal qué puede pasar
si un día me pude dar
un lujo poco común
como es el dormir unas horas más.
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