martes, 8 de marzo de 2011

PINTURA MURAL SIGLO XXI


              


Vengo de visitar el barrio Xanenetla en Puebla. Ahí se expone el proyecto "Puebla: ciudad mural" trabajo realizado por el Colectivo Tomate, grupo de artistas poblanos con una propuesta original que busca dar una nueva cara a la ciudad. Xanenetla se encuentra al norte del río San Francisco donde se asentaron grupos de Tlaxcaltecas y Huejotzincas para trabajar en la edificación de la recién fundada ciudad de Puebla. Es un barrio que ha conservado su trazado original y guarda en su gente las tradiciones de sus antepasados.

El proyecto consistió, en su primera etapa, en la elaboración de 15 murales que ocupan varias fachadas en la calle principal. Cada uno de los artistas trabajó su propuesta junto con el dueño del predio, pues era necesario que ambos quedaran a gusto con el tema y su desarrollo.

Quiero decir que el proyecto es todo un éxito. Recorrer el barrio por sus calles empedradas, callejones y plazuelas es un deleite a los sentidos.

De los murales ahí expuestos quisiera referirme a uno en particular por ser algo especial que lo hace diferente a los demás. Se encuentra en una de las fachadas de la plaza principal, esa que da al atrio de la iglesia del barrio. Su autora es la artista plástica que firma con el nombre de Adriana. Y lo que la hace tan especial es el hecho insólito de que no se ve, cuando por sus dimensiones, un mural está hecho para “verse” y verse bien aún de lejos. Pues bien, este mural tiene la cualidad de “desaparecer” en el contexto porque se integra de manera excepcional al entorno. Y no se trata de hacer “algo” que parezca estar ahí ocupando la plaza (como por ejemplo pintar objetos o personas a escala), sino que si no “sabes” que está pintado el muro, crees que no está “pintado”.  Es algo sumamente extraño y perturbador: es la antítesis de una obra mural que no sólo busca que “se vea” la obra, sino para que “se vea” al autor amplificado en las dimensiones murales de la misma.  Entonces, ¿cómo es que la obra a que me refiero no se “ve” en una primera instancia? Sólo una segunda mirada logra captar que está pintado el muro, que no es real lo que ahí vemos. ¿Qué de la pared es pintado y qué es real? Una cortina floreada hace las veces de puerta. Sombras que cruzan de lado a lado el muro, papel picado volando sostenido por cables, viento que se refleja en el muro: calle, cielo, pared, sombras formando un todo. La pintura se vuelve un hueco en el que se precipita la realidad de la calle: la persona que camina en la acera, el coche estacionado en la banqueta, ese golpe de viento que mueve la cortina, los cables que sostienen las banderas de papel picado, todo es posible en la obra porque la pintura desaparece, y al hacerlo, desaparece también el autor. Aquí no hay ego que se proyecte, no hay autor. Pero no se trata de alejarse del individualismo en la realización de una “obra colectiva”; no, tampoco; es un arte sin autor, sin sujeto pero también sin objeto. ¿Qué es entonces? Tal vez sea una nueva forma de hacer arte, más allá de lo moderno y contemporáneo, donde no sólo el autor desaparece, sino que la obra de arte también. El grado cero de la pintura. Por otro lado, su balance lo consigue con la realidad misma (ver que la composición ocupa sólo un extremo del muro), se aleja de la composición  perfecta, es un trabajo incompleto que “es” sólo con el “otro”, con “lo otro”, pero que en dicho movimiento, desaparece. Felicidades a esta artista que logró algo inusitado y nuevo en el arte mural. Al margen comento que las flores que se ven en el muro son de otra artista que firma con el nombre de Zor. Con ello queremos decir que Adriana “despinta” sobre un muro pintado.





1 comentario:

Unknown dijo...

La artista plástica Bertha Noriega comentó lo siguiente acerca de uno de los murales que representa a la Virgen de Juquila, originaria de Oaxaca: "Como las manos de la virgen coinciden con la puerta de entrada de la casa, parece que es la virgen la que abre sus puertas para que entren y salgan las personas de la vida real. Aparenta ser pues, una pintura que "produce" personas... o se las "traga". Eso es mágico pues se pasa de la representación a la realidad y de la realidad a la representación de manera natural y fluida.