domingo, 29 de agosto de 2010

Proveedor-A. (1a. parte)

Liberación de May Zindel
Estando en una reunión con unos amigos sobresalió entre el murmullo de la conversación la dichosa palabrita, que como punta eléctrica, me revolvió el estómago provocándome un gran malestar interior. La palabra era: "EL PROVEEDOR", sí, así dicha, en masculino y en mayúsculas, como siempre. No sé por qué, pero siempre que la escucho me sale lo irracional y empiezo a sacar toda una retahíla de argumentos a favor de que se elimine del diccionario; claro, sin conseguir gran cosa entre mis oyentes. Así que, por lo menos, les suplico que también la usen en femenino, porque parece que el género masculino lo trae colgando de las dos "os". Y es que la mujer también es PROVEEDORA en una familia. Si no, vean todo lo que hace sin recibir un sueldo: es administradora, chef, pinche, nutrióloga, cuidadora, lavandera, planchadora, sirvienta, mesera, médico, enfermera, educadora, maestra, jardinera, chofer, mozo, ama de llaves, psicóloga, amante, compañera, colega, etc, etc, etc., y si esto no fuera suficiente, todavía procura hacer algunos trabajitos "extras" (en sus ratos libres, que las vacaciones y los días de guardar no se hicieron para ella), para ¡ayudar con "algo" a la economía del hogar! ¡No m....! Si sumáramos lo que se tendría que pagar por estos servicios por fuera, la mujer debería estar recibiendo un sueldo mínimo de 20.000.00 (pesos mexicanos. Unos 2,000.00 USA) mensuales en promedio en una familia de cuatro miembros (no se incluyen los tres últimos rubros antes de los etcéteras, pues ello llevaría a una suma tan estratosférica, que nadie me lo creería). Bueno, ahora échenle números con lo que vendría a aportar la mujer al año, y eso, multiplicado por los años de casada que lleva. Así se verá que la mujer también es PROVEEDORA, con mayúsculas y en femenino, aunque NO SE VEA y pocos lo reconozcan. Así que para "los proveedores" del hogar: dejen de sentirse que sólo ustedes aportan económincamente a la casa, ambos cooperan en el patrimonio familiar, cada uno a su manera, y piensen que no podrían desarrollar su trabajo como lo hacen fuera de casa, si no tuvieran a alguien que resolviera su vida y la de sus hijos dentro. A las proveedoras: valoren su trabajo. Cuando les pregunten si trabajan, respondan con un SÍ firme y orgulloso, porque gracias a su labor en "casa" todos los miembros de la familia alcanzan un desarrollo sano y pleno. Se necesitan de ambos cónyuges para que funcione esta sociedad, cada uno aporta sus cualidades y su esfuerzo. Cuando se forma una sociedad conyugal nos deberíamos olvidar de decir: "esto es mío", "esto es tuyo". ¡Que sea un "nuestro"!, donde nadie se sienta que está mendigando un lugar dentro de ese espacio construido llamado: hogar.

Continuará.

3 comentarios:

Juan Demian Bañuelos Minor dijo...

Hola soy Angélica esta muy padre todo.

Unknown dijo...

Hola Angélica, qué gusto que lo abrieras. Aquí seguimos en contacto.

Malicha Puebla dijo...

Lourdes felicidades! Están muy padres tus artículos! Malicha
PD Gracias por incluirme